La pandemia de la Covid-19 alteró las vidas de muchos. Para los parientes que son cuidadores que ya pueden haber estado sin energía, hizo que la vida sea aún peor. Shé Langley, una empresaria de 38 años de Virginia, es una de las muchas mujeres que tuvo que identificar que hacer para seguir adelante mientras cuidaba a sus dos niños jóvenes y a su madre que tiene demencia, mientras trataba de administrar su negocio.
Antes de la pandemia de la Covid-19, Shé equilibrada su vida enviando a sus hijos a la guardería, manejando las necesidades de su madre con su hermana y pagando a algunos cuidadores cuando eso era posible. Pero la Covid la sorprendió. “Justo antes de que las vacunas contra la Covid estén disponibles en los primeros meses de 2021, mi hijo se contagió en la guardería. Tenía 5 años en ese entonces”, dijo. “Me aislé con él durante 14 días mientras mi esposo y mi hija [que en ese entonces tenía 6 años] se aislaron en otra parte de la casa”. Justo después de eso, su esposo e hija se hicieron pruebas y tuvieron resultados positivos. Basándose en las guías de cuarentena de ese entonces, por ser la cuidadora, Shé tuvo que aislarse durante otros 14 días después de que cada miembro de la familia haya terminado con el periodo de aislamiento, lo cual restringía aún más lo que podía hacer por su madre.
Casi la mitad de los cuidadores en Estados Unidos tiene la preocupación de contagiarse con Covid. Después de todo, ¿quién cuidará a sus seres queridos si se enferman? Encontrar cuidadores remunerados también se ha vuelto difícil. No solo que muchos cuidadores están expuestos o se han contagiado con Covid, pero ahora los que están disponibles tienen tarifas más caras, dijo Shé.
Prestar cuidados en Estados Unidos
Casi uno de cada cinco adultos en EE.UU. presta algún tipo de cuidado no remunerado a otro adulto. Y casi dos de cada tres cuidadores son mujeres. Los cuidadores de raza negra frecuentemente prestan más horas de atención a la semana (más de 40 horas) en comparación con los cuidadores de raza blanca y frecuentemente cuidan a un ser querido que vive por debajo del umbral de pobreza. Más tiempo proporcionando cuidados y poco dinero para pagar por ayuda son factores que contribuyen con el estrés y la fatiga de los cuidadores. El aislamiento debido a las órdenes de permanecer en casa y mantenerse lejos de la gente por el miedo de infectar familiares vulnerables solo empeoran el problema. Cuidar a alguien causa aislamiento en los mejores momentos. La pandemia hizo que todo sea mucho peor.
Cuando se hicieron encuestas sobre sus preocupaciones durante la pandemia, aproximadamente un tercio de los cuidadores contestó que sus finanzas y poder pagar la atención requerida eran preocupaciones importantes. Esto era particularmente importante para personas que perdieron sus trabajos. Y más de la mitad dijeron que encontrar ayuda o un descanso de la actividad de prestar cuidados era difícil.
Selena Lee, ASW, una trabajadora social clínica adjunta de Families Together of Orange County en California, una organización sin fines de lucro que se dedica a incrementar el acceso a servicios médicos, identificó que las preocupaciones financieras afectaban a la mayoría de personas con las que interactuaba en sus actividades cotidianas. “Diría que todos los cuidadores con los que trabajé que están aislados y experimentan fatiga [por prestar cuidados] tienen un estatus socioeconómico bajo”, dijo. “Y pienso que eso es significativo porque no solo tienen dificultades con la prestación de cuidados, sino que ellos realmente tienen recursos muy limitados para poder hacerlo”. El efecto más obvio de recursos financieros inadecuados es no poder pagar por lo esencial. Pero también afecta la capacidad del cuidador para cuidarse a sí mismo, señaló Selena. El autocuidado es vital para los cuidadores para poder continuar con su trabajo no remunerado. Esto puede incluir placeres sencillos, tales como una película, una manicura, o cosas importantes como asistir a citas médicas o mandados.
Cuidar a los cuidadores
Un informe publicado el verano de 2020 determinó que, en comparación con personas que no tienen que proporcionar cuidados a alguien más, los cuidadores tenían mayores niveles de ansiedad, depresión e insomnio, así como más preocupaciones sobre sus finanzas y alimentos. Pero con apoyo, esto puede cambiar. Primero, es importante tomar en cuenta que muchas de estas mujeres tienen problemas, incluso si no parecen hacerlo. “Solo vemos un pequeño espectro de sus vidas”, dijo Selena. “No vemos sus interacciones cotidianas de tener que mostrar una cara feliz a su ser querido, ayudarle a ducharse o de las dificultades que tienen para llevarlo a la cama o a citas médicas”. Selena sugirió que los amigos y los familiares deberían tomar en cuenta que los cuidadores prestan atención a largo plazo y que necesitan apoyo durante ese periodo de tiempo.
“Si hay algo que deberías proponerte, sería preguntar con consistencia cómo está tu cuidador a sus amigos y seres queridos”, explicó Selena. “Incluso está simple llamada telefónica para que sepan que estás pensando en ellos y que estás ahí para ellos ayuda bastante porque ellos no siempre podrían tener tiempo para tratar de comunicarse”.
Lugares en los que los cuidadores pueden encontrar apoyo
Shé recibió apoyo de su iglesia, familiares y amigos cercanos. Recibió muchas llamadas y personas preguntaron si ella o su familia necesitaban algo. “Nuestros familiares y amigos nos vinieron a dejar comida y tarjetas de regalo para que podamos pedir alimentos o cosas que necesitemos, tales como pulsioxímetros”, dijo. Además, Shé solicitó ayuda económica por ser una propietaria de un negocio puesto que sus horas laborales se redujeron demasiado debido a tareas adicionales relacionadas con la prestación de cuidados. “Recibimos apoyo de varias formas”, dijo. “Definitivamente fue útil contar con apoyo”.
Otra cosa importante, según Shé, es tener valor para de hecho pedir ayuda. “Frecuentemente, las mujeres no quieren admitir que necesitan ayuda. Comunícate con alguien y recibe apoyo”, dijo. “Pienso además que a veces tratamos de alcanzar la perfección o queremos que todo salga bien o de cierta forma. Hemos tenido que ajustar nuestra mentalidad para saber que todo no sale según lo planeado. Y eso está bien. Solo tenemos que lidiar con lo que nos enfrentamos en ese momento y tomar las mejores decisiones que podamos con la información que tengamos disponible”.
Selena sugiere que los cuidadores se comuniquen con grupos de apoyo para recibir ayuda. “Pregunta a hospitales o fundaciones a nivel nacional para ver que se ofrece a los cuidadores”, dijo. Muchas organizaciones tienen sucursales locales o presencia virtual que permite que las personas compartan sus experiencias y ofrezcan consejos.
Es importante que los cuidadores sepan que no están solos. “Hay otras personas que están atravesando la misma situación, ser miembro de una generación que tiene que cuidar a sus padres y a sus hijos”, dijo Shé. “Y puesto que se puede sentir soledad y aislamiento, debes encontrar el apoyo que necesitas en el momento adecuado. Y debes mantener la esperanza de que tú y las personas que cuidas estarán mejor al final de este proceso”.
Recursos
Este recurso se preparó con el apoyo de Pfizer.