Marijke Vroomen Durning, R.N., is a freelance writer in Montreal, Canada. Her work has been published in many outlets over the years, both online and in print. Marijke often describes her writing as the bedside teaching nurses want to do but rarely have the time for. Her experience working in healthcare has taught her what types of information people need and how to share it. One such need is medication and drug safety, so Marijke wrote the book," Just the Right Dose: Your Smart Guide to Prescription Drugs and How to Take Them Safely."
Si no has escuchado antes de la C. difficile, ese es el nombre común para una infección bacteriana en el colon causada por la bacteria clostridioides difficile. Las esporas bacterianas de la C. difficile se encuentran en todas partes, incluyendo en entornos médicos y no médicos, e incluso en las suelas de los zapatos. Desafortunadamente, eso significa que pueden pasar fácilmente a tu colon a través de tu boca. Si tocas un objeto que tiene la C. difficile y pones tu mano en tu boca, podrías introducir la bacteria en tu sistema gastrointestinal (GI). También podrías recibir la bacteria de alguien que la tenga en su piel. Sin embargo, incluso si ingieres esporas de la C. difficile, solo tendrás una infección si éstas pueden crecer en tu colon.
La C. difficile es una bacteria agresiva que causa problemas graves para casi medio millón de personas en Estados Unidos cada año. Y hasta 30,000 personas mueren de infecciones de la C. difficile anualmente. Las mujeres tienen más posibilidades que los hombres de tener infecciones de la C. difficile, pero todavía no se conoce el motivo.
¿Cómo causa la C. difficile una infección?
Todos tienen bacterias en el colon. Muchas son buenas bacterias y son útiles para mantener a tu colon saludable porque ayudan con la digestión, haciendo varias vitaminas y evitando que bacterias dañinas se propaguen. Incluso bacterias peligrosas, tales como la C. difficile, podrían no hacer que te enfermes si tienes un microbioma intestinal saludable. Muchas personas tienen C. difficile en el colon y nunca se enferman.
La bacteria C. difficile ingresa al cuerpo si ingieres esporas de la C. difficile. Si estás enferma o tienes un sistema inmunológico debilitado, la C. difficile podría ser peligrosa. La mayoría de personas contraen infecciones de la C. difficile después de tomar antibióticos que, aunque frecuentemente son necesarios, también pueden eliminar bacterias beneficiosas junto con las dañinas que causaron la infección. La bacteria C. difficile crece y se multiplica, liberando toxinas que dañan la mucosa del colon, causando síntomas que hacen que te sientas mal.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la C. difficile?
La C. difficile puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, tienes más posibilidades de contraer una infección de la C. difficile si:
Tomas antibióticos para otra infección porque esos medicamentos también destruyen bacterias beneficiosas que normalmente podrían prevenir una infección de la C. difficile. Entre más largo sea el tratamiento con antibióticos, mayor será el riesgo.
Has estado recientemente en una residencia de ancianos con enfermeras de plantilla o en un hospital. Aproximadamente 2 de cada 10 personas en instalaciones médicas se contagian de infecciones de la C. difficile.
Tienes un sistema inmunológico debilitado debido a una enfermedad o medicamento tal como un corticoesteroide porque puede suprimir tu capacidad para combatir infecciones.
Tienes una enfermedad intestinal, tal como la enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa porque estas condiciones debilitan la mucosa de tu colon con el tiempo.
Usas inhibidores de la bomba de protones (frecuentemente denominados IBP) u otros medicamentos para suprimir ácidos innecesariamente.
Tienes antecedentes de infecciones de la C. difficile. Hasta 1 de cada 4 personas que tienen C. difficile tendrán un relapso o se infectarán de nuevo al menos una vez más.
Tienes 65 años o más.
Recuerda: No es necesario que tengas cualquiera de los factores de riesgo que se acaban de mencionar para contagiarte de la C. difficile. Todos tienen el riesgo de hacerlo.
Síntomas de la C. difficile
Inicialmente, los síntomas de la C. difficile podrían parecer como los de cualquier otro tipo de enfermedad GI, tal como un virus o una intoxicación alimentaria. Los síntomas podrían ser leves al inicio, tal como unos episodios de diarrea o de heces acuosas. Algo que podría llamar la atención, es un fuerte olor particular, diferente a lo que podrías notar usualmente. Estos episodios se vuelven más frecuentes a medida que la infección empeora. Aparte de diarrea, los síntomas de la C. difficile pueden incluir:
Dolores y cólicos estomacales
Náuseas y vómitos
Pérdida del apetito
Hinchazón del área abdominal
Fiebre
Pulso cardiaco acelerado
Sangre en las heces
También podrías deshidratarte por la infección debido a diarrea frecuente.
Diagnóstico de la C. difficile
Si tienes cualquiera de los síntomas y tienes riesgo, tu doctor podría solicitar un espécimen de heces para su examinación en un laboratorio.
Si tus síntomas son graves o no tienes ninguna reacción al tratamiento, tu doctor podría solicitar pruebas de sangre y de imagenología, tales como rayos X, resonancias magnéticas (RM) o una colonoscopía, para ver si hay lesiones en tu colon.
Tratamiento de la C. difficile
Si contraes una infección de la C. difficile mientras tomas antibióticos para otra infección y la enfermedad es leve, tu proveedor de atención médica podría recomendar que simplemente dejes de tomar el medicamento. Si eso no es útil, los antibióticos que pueden tratar infecciones de la C. difficile son:
Vancomicina
Fidaxomicina
Metronidazol (exclusivamente para infecciones leves)
Si tomas estos medicamentos en tu hogar, es importante que uses toda la prescripción o la bacteria podría volver a crecer y podrías tener nuevamente la infección. También se volverá más difícil de tratar. Si la infección es grave y tienes deshidratación, podrías tener que ingresar al hospital para que puedas recibir antibióticos y líquidos intravenosamente (IV).
La FDA [Administración de medicamentos y alimentos de EE.UU.] recientemente aprobó tratamientos que se basan en microbiomas orales y rectales y son una nueva opción que es útil para prevenir infecciones recurrentes de la C. difficile.
¿Cómo puedes saber si tu condición de la C. difficile está mejorando?
Deberías empezar a notar mejoras en tus síntomas entre los primeros tres a cinco días desde que empezaste a tomar los antibióticos (pero siempre deberías tomar toda la prescripción). Algunas personas necesitan más antibióticos para librarse completamente de la infección. Hasta 1 de cada 4 personas que tienen la C. difficile por primera vez la tendrán otra vez, así que comunícate con tu HCP [proveedor de atención médica] en seguida si vuelves a tener síntomas. También avisa a tu dentista y a otros HCP que tuviste la C. difficile para evitar tomar antibióticos que no necesitas.
Puedes reducir tu riesgo de contraer o de contagiar la C. difficile con unos pasos sencillos:
Asegúrate que todos los trabajadores médicos laven sus manos antes de que te toquen, especialmente en un hospital.
Lava bien tus manos con jabón y agua cada vez que uses el baño, así como antes y después de comer y beber. Asegúrate de usar agua y jabones reales porque las esporas de la C. difficile son resistentes al etanol, también denominado alcohol etílico, el cual se encuentra en la mayoría de desinfectantes de manos.
Si tienes la C. difficile y tienes acceso a un segundo baño, solo usa ese baño para que otras personas no estén expuestas. Si esto no es posible, limpia cuidadosamente la taza y la perilla del retrete, así como los grifos y la manija de la puerta con un desinfectante que contenga cloro cada vez que uses el baño.
Limpia las superficies comunes de tu hogar (manijas de las puertas, interruptores de las luces, etcétera) con un desinfectante que tenga cloro.
Báñate con jabón para remover la C. difficile de tu piel.
Este recurso se preparó con el apoyo de Seres Therapeutics y Nestle Health Science.