Relato de Shannon Shelton Miller
Antes del 2020, la menopausia era una de esas etapas de la vida de las que realmente no sabía nada. Lo único que escuché decir a mi madre al respecto fue, "me estoy sofocando". Nunca escuché a mis abuelas hablar sobre la menopausia.
Mi experiencia no es única. Puesto que trabajo como estilista, todos los días conozco a mujeres que se enfrentan a todo tipo de problemas de salud tanto físicos como mentales. A menudo no saben lo que les está pasando o por qué. Mientras aplico tintes a su cabello, comienzan a hablar sobre lo que está pasando en sus vidas y yo solo escucho. Luego les pregunto "¿estás pasando por la menopausia?"
Incluso si no lo creen así, a menudo programarán una cita con su proveedor de atención médica para asegurarse. Una vez que les digo lo que también estoy pasando en la menopausia, comienzan a abrirse y se sienten más cómodas hablando de eso. A veces, podemos ser muy francas.
En ocasiones, la menopausia puede ser casi debilitante. No sabes cómo te vas a sentir día a día. Todos conocemos los sofocos, pero no dormir bien y la falta de energía también son síntomas importantes de la menopausia. La gente tampoco tiene idea del impacto que puede tener la menopausia en su salud mental.
Cuando conversé de este tema con una psicoterapeuta, ella comentó que, a lo largo de la historia, a las mujeres de raza negra no se nos permitía hablar sobre lo que sentíamos. A nadie le importaba. Nos enseñaron y entrenaron para mantener silencio, para sufrir y solo lidiar con eso. Creo que esa mentalidad se extendió de generación en generación y es por eso que no tenemos esas conversaciones, lo que significa que muchas de nosotras no fuimos educadas sobre la menopausia.
Tenemos que desechar ese estigma. Según lo que aprendí, la menopausia puede ser mucho más intensa para las mujeres de raza negra, por lo que realmente debemos comenzar a prestar atención a la menopausia lo antes posible ya que nos afecta enormemente.
Cuando tenía un poco más de 20 años me sometí a una histerectomía parcial, pero mis proveedores de atención médica me dejaron un ovario y una trompa de falopio para proporcionar suficiente respaldo hormonal para evitar que entrara en una menopausia quirúrgica. Pero, cuando cumplí 47 años, el ovario que me quedaba estaba tan sobrecargado de trabajo que tuvieron que extirparlo de inmediato ya que mi vida corría peligro. No quería ir a ningún hospital en medio de la pandemia, pero mi proveedor me dijo que no podía esperar más. Durante las dos semanas previas al procedimiento busqué una gran cantidad de información sobre cómo me afectaría esta intervención, ya que sabía que tan pronto como despertara de la cirugía entraría de lleno a la menopausia.
Le pregunté a mi proveedor de atención médica cómo me sentiría después y me respondió que puede ser diferente para cada mujer y que podría utilizar terapia hormonal si quisiera después de la cirugía; pero esta fue prácticamente toda la información que recibí.
Es por esto que la educación sobre la menopausia es clave, porque una vez que comenzamos a educarnos, podemos encontrar lo que funciona para nosotras. Si nuestros proveedores de atención médica no son especialistas en menopausia, y no hay muchos, tendremos que valernos por nosotras mismas. Descubrí eso muy rápidamente.
Después de mi experiencia, quise ayudar a otras mujeres, así que fundé una marca de estilo de vida para la menopausia, Pretty Moody. Se han acercado a mí mujeres de menos de 30 años porque experimentan algún tipo de menopausia quirúrgica. Hay mujeres de aproximadamente 30 años que comienzan a experimentar síntomas de perimenopausia, los cuales pueden durar años antes de que dichas mujeres tengan su ciclo menstrual final.
Hay tres fases que debemos conocer: la perimenopausia, la menopausia y la posmenopausia. La perimenopausia debe abordarse más porque muchas veces las mujeres ni siquiera saben lo que les está pasando. Piensan, "¿por qué me siento así?" “¿por qué mi cuerpo está haciendo esto?” “¿por qué aumenté 10 libras haciendo ejercicio todo el día y comiendo un trozo de lechuga y unas cuantas galletas?”
Incluso si se puede hacer solo un cambio de estilo de vida, este puede marcar la diferencia y facilitar la transición. La nutrición, el ejercicio y el bienestar son muy importantes: no siempre estoy consistente con todo, pero noto una gran diferencia en mi bienestar emocional cuando incorporo esos cambios. Duermo mejor, mi estrés disminuye y mis síntomas menopáusicos mejoran cuando hago ejercicio y como bien.
Para las mujeres que tienen una pareja masculina, es importante entender que sus parejas también pueden verse afectadas por la menopausia, por lo que debemos educar a los hombres para que puedan entender por lo que estamos pasando. Incluyo a mi esposo en mi plataforma de educación sobre la menopausia y la gente a menudo me pregunta por qué. Él es una parte increíble, enorme e importante de mi proceso. Mi esposo también trabaja para educar a otros hombres para que puedan apoyar más a sus parejas.
Quiero que todas las mujeres tengan una mejor calidad de vida mientras pasamos por esto. La menopausia tiene un estigma tan negativo que mucha gente piensa que la vida ha terminado. Sí, tengo días malos. Tengo días en los que no quiero hacer nada o ni siquiera quiero levantarme de la cama.
No sugiero que ignores tus sentimientos en los días malos, pero es tan fácil perderse en la menopausia que es fácil no enfocarse en los días positivos. Cuídate a ti misma; haz las cosas que motivan tu corazón y que te hacen feliz. Esta también es una época en la que debes consentirte y encontrar formas de hacer lo que sea necesario para sentirte bien.
Este recurso se preparó con el apoyo de Pfizer y se desarrolló con la American Association of Nurse Practitioners.