En diciembre de 2019, Marjorie Roberts estaba lista para enfrentarse al mundo. Acababa de recibir su certificación de capacitadora de vida y había empezado con lo que se suponía iba a ser un trabajo a corto plazo administrando una tienda de regalos en un hospital de Atlanta para ganar dinero para hacer el lanzamiento de su nuevo negocio.
En los últimos días de febrero de 2020, sin embargo, el hospital emitió advertencias a sus empleados sobre el incremento de casos de Covid-19 en Estados Unidos. Pero Marjorie dijo que la tienda de regalos, administrada por un contratista independiente, se mantuvo abierta a medida que pacientes que tenían resultados positivos de Covid empezaron a llegar para recibir tratamiento.
Finalmente, la tienda cerró el 17 de marzo de 2020, cuando el hospital fue confinado. Días después, Marjorie perdió el equilibrio y se cayó cuando estaba obteniendo su correo postal. No se sentía bien y decidió dormir temprano.
“Una vez que el sol se ocultó esa noche, mi vida cambió para siempre”, dijo Marjorie. “Desperté la mañana siguiente sintiendo cómo que una aspiradora hubiese succionado la vida de mi cuerpo. No pude dormir, comer ni respirar”
. Han pasado más de dos años y Marjorie todavía tiene dificultades con las consecuencias de haberse infectado con Covid, lo cual resultó en tres visitas a la sala de emergencia y una a un especialista pulmonar. El daño a sus pulmones ha hecho que necesite un inhalador para manejar su dificultad para respirar y frecuentemente tiene “días en los que se dedica a ver Netflix y Hulu” debido a la fatiga.
Marjorie también perdió siete dientes y tendrá que hacer que remuevan los dientes restantes debido al deterioro de sus encías. Y ya no puede comer o beber ciertos alimentos que antes disfrutaba por que alteran su estómago.
”Ni siquiera puedo describir lo que me pasó estos dos últimos años”, dijo Marjorie. “Cuando me veo en el espejo, mis dientes son un recordatorio constante de lo que me ha pasado. Solía tener una sonrisa hermosa. Muchas personas se sanaron después de tener Covid-19, pero las personas que tenemos Covid-19 persistente seguimos sufriendo”.
La vida con Covid-19 persistente
Aunque la Covid-19 persistente, también conocida como secuelas de la Covid-19, no es un diagnóstico oficial, se ha convertido en un término general para síntomas continuos que algunas personas tienen después de recuperarse de la infección de la Covid-19, ya sean leves o graves.
“Todavía estamos aprendiendo mucho acerca de la infección de la Covid-19”, dijo Michael Myint, M.D., profesor adjunto de enfermedades infecciosas de UW Medicine y oficial en jefe de salud poblacional del departamento de medicina de University of Washington. “Estamos tratando de determinar si hay algo diferente acerca de la Covid-19 que crea una inflamación o una condición inflamatoria [continua], porque eso es lo que frecuentemente pasa con infecciones que causan síntomas a largo plazo. Crea lo que llamamos un reservorio vírico y nuestro sistema inmunológico no puede librarse de él por completo”.
El material vírico que persiste en el cuerpo puede contribuir con los síntomas que se reportan más frecuentemente por los pacientes con Covid-19 persistente: fatiga, dificultad para respirar, malestar del pecho, tos persistente e insuficiencia cognitiva.
Estudios también han descubierto una conexión entre la gravedad de la infección Covid-19 de un paciente y la posibilidad que este paciente experimente síntomas de Covid-19 persistente. El embarazo y condiciones cardiovasculares pueden empeorar los síntomas de la Covid-19. Y personas con cuatro factores de riesgo, niveles altos de coronavirus en la sangre, la presencia de ciertos anticuerpos, la reactivación del virus de Epstein-Barr (el virus que causa mononucleosis) y la diabetes tipo 2, también tienen más probabilidades de tener síntomas a largo plazo después de la infección.
Aunque no existe un tratamiento mágico para la Covid-19 persistente, el Dr. Myint dice que los investigadores esperan que a medida que más personas reciben mayores niveles de protección contra la Covid-19, ya sea mediante vacunaciones, infecciones previas o una combinación de éstas, que las infecciones y sus síntomas se vuelvan cada vez menos graves. Por ahora, sin embargo, el tratamiento estándar para la Covid-19 persistente es manejar los casos abordando cada síntoma en función del perfil médico específico de cada paciente.
Las personas pueden reducir el riesgo de la Covid-19 persistente aplicando la pauta completa de vacunas contra la Covid-19 según las guías actuales de los centros para el control de enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Las vacunas han demostrado reducir el riesgo de desarrollar síntomas graves por una infección de la Covid-19 y síntomas persistentes después de la infección. Aunque algunos estudios e informes anecdóticos de pacientes han demostrado una reducción de los síntomas de la Covid-19 persistente después de la vacunación, el Dr. Myint dice que las vacunas deben considerarse como una medida preventiva y no como un tratamiento para la Covid-19 persistente.
Algunos estudios pequeños han demostrado que pacientes que tomaron antivirales mientras tenían la Covid-19 tuvieron menos posibilidades de desarrollar síntomas de Covid-19 persistente.
“A medida que aprendemos más sobre la Covid-19, probablemente entenderemos qué intervenciones son más o menos eficaces”, dijo el Dr. Myint. “Muchos estudios pequeños también indican que las intervenciones básicas de dieta, ejercicio y sueño son métodos a largo plazo para abordar todos estos síntomas y mejorar el bienestar en general, independientemente de que otras cosas hagas”.
Su nueva normalidad
El mejor apoyo que familiares, amigos, colegas y proveedores de servicios médicos pueden ofrecer a personas con Covid-19 persistente es reconocer que sus síntomas son reales, incluso si no siempre pueden verse (tal como la insuficiencia cognitiva) o detectarse a través de exámenes de sangre u otras pruebas. Proporcionar beneficios, tales como tiempo para descansar debido a la fatiga o una carga laboral modificada, puede ser útil para la recuperación física y mental a largo plazo de las personas.
Marjorie dijo que ella está agradecida de haber recibido apoyo de su esposo e hija durante su enfermedad. También dijo que rezar y la ayuda de un terapeuta, así como actividades de apoyo han sido vitales para su salud mental. Debido a su enfermedad, Marjorie participa activamente en grupos de sobrevivientes de la Covid-19 persistente, incluyendo en Covid Survivors for Change [Sobrevivientes de la Covid-19 en pro del cambio]. Ella contacta regularmente a oficiales locales, estatales y nacionales para concientizar acerca de la Covid-19 persistente y se siente orgullosa de que la congresista de EE.UU. Lucy McBath (demócrata de Georgia) reconoció su trabajo en el registro del congreso.
Marjorie también participa en RECOVER Initiative [Iniciativa de recuperación], un estudio de los efectos a largo plazo de la Covid-19 por parte de institutos médicos a nivel nacional. Ella sabe que no hay ninguna píldora que pueda tomar para eliminar los síntomas de su Covid-19 persistente o restablecer su vida a cómo era en 2019, pero jura que seguirá luchando por ella y por los muchos amigos que perdió.
“Dios me dejo vivir”, dijo Marjorie. “Soy afortunada porque sobreviví”.
Este recurso se preparó con el apoyo de Pfizer.